La primavera comienza a apreciarse en el ambiente con el cambio de temperaturas, días más largos y flores en árboles y plantas. La estación de las flores también trae nuevas tendencias para la decoración. En esta ocasión, la naturaleza es la protagonista y llega a los hogares a través de los colores y los materiales.
‘Greenery’: el tono del año elegido por Pantone es este verde refrescante, símbolo de la esperanza y tranquilidad. El greenery es indispensable en el estilo ‘rustico’, para conectar con la naturaleza, y combina con cuero, madera o metalizados. Para llenar de color los hogares, tampoco hay que olvidarse en esta época del azul (sobre todo turquesa), el amarillo, el rosa, el naranja y el negro. La manera más sencilla de introducir estos cambios de tono es a través de los textiles y el menaje, y los más atrevidos pueden apostar por incluirlos en muebles y sofás.
Paredes naturales: la madera, el cobre, y el mármol son los materiales imprescindibles de esta temporada y no solo en los pavimentos, si no que aparecen en muebles y objetos. El estilo nórdico, que ya lleva varias temporadas siendo tendencia, sigue presente con diferentes tipos de maderas y los colores tierra. Además, el corcho invade las grandes estancias del hogar. También para las paredes triunfan los papeles pintados, sobre todo los que presentan motivos vegetales o geométricos.
Un textil salvaje: en cuanto a las telas, son tendencia de la primavera el terciopelo. Los estampados tropicales también se instalan en sofás, sillas y tapizados. Las telas pintadas con plantas, pájaros y animales son los ‘must have’ de esta temporada para cortinas, complementos, tapicerías o paredes, donde reina el verde.
Decoración metalizada: el plata y el dorado metalizados también llevan varias temporadas instalados en las tendencias de decoración, y no parece que vayan a abandonarlas. Aunque al principio aparecieron discretamente en complementos, ahora se adueñan de las muebles protagonistas del hogar, siempre y cuando se empleen con prudencia y junto con otros colores que otorguen el equilibrio perfecto: blancos y toques de negro.
